CONTRATOS BASURA

Es triste decirlo y seguramente es mucho más triste experimentarlo. Pero en contra de las alegrías rajonianas, montorinas y bañezcas que nos ofrecen día sí y otro también los “competentes” representantes del Gobierno (¿?), hay una realidad, al menos en nuestra Comunidad que no deja lugar a dudas: Uno de cada cuatro contratos laborales tiene una duración inferior a una semana. Es algo nunca visto en esta asenderada Comunidad europea. Con esta puñetera realidad sólo se pone en solfa una circunstancia: El mercado de trabajo sigue cortado por el mismo patrón. O sea, que las actividades estacionales y menos cualificadas son las que cortan el bacalao.
Es decir, como antes de la recesión. Me atrevo a decir que aquí y ahora hay todavía una mayor precarización en el mundo laboral. Hay más contratos por horas y por días, y a media jornada. Una vergüenza, porque lo que se consigue con todo esto es que el trabajador reciba un salario de hambre. Pero es que la desgracia que se predice para el País Gallego  sirve para la mayoría de las restantes Comunidades. La reforma laboral del ínclito Rajoy, que entró en vigor en el 2012, ha acelerado las fórmulas más precarias, de contratación. Y esta, ya establecida casi como Ley, fórmula de empleo rápido que abunda en los ahora llamados trabajo exprés trae como consecuencia que se haya reducido la duración media de los contratos. Hay algo todavía más grave: El grueso de los empleos generados en la Comunidad Gallega se concentra en los puestos que requieren una menor formación. Sólo la hostelería absorbe uno de cada cuatro trabajos suscritos. Conclusión: terminada la temporada de verano, muchos de estos trabajadores volverán a figurar en las tristísimas y nutridas lista del desempleo.
Y ello, pese a que Rajoy y sus políticamente impresentables ministros se empeñen en hacernos ver que cuando es de noche aparenta ser de día. Desde luego si en el horizonte no se vislumbra otro Gobierno, estamos apañados.

CONTRATOS BASURA

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