DÍA DE LA MUJER, POCO QUE CELEBRAR

Para quien aún no haya caído, resulta que hoy se celebra en todo el planeta el Día Internacional de las Mujeres. No el Día de la Mujer Trabajadora, aunque algunos se quedaran en ese nombre. Es cierto que la cosa empezó por ahí y que se eligió esta fecha para recordar a las 146 obreras que murieron en Nueva York en 1908 durante el incendio de una fábrica textil en la que se habían reunido para denunciar las condiciones inhumanas y los bajos salarios. En los últimos años ha perdido el apellido porque, para ser honestos, ya sea fuera o dentro de casa, salvo algunas afortunadas que logran vivir de rentas, todas trabajan. 
Hace más de cien años desde aquel incendio en la fábrica de camisas y los más, digamos, optimistas, aseguran que ya no tiene sentido seguir marcando esta fecha en el calendario. ¿De verdad es necesario? El tema elegido por las Naciones Unidas para 2016 es la igualdad de género, así que parece que no todo está hecho. 
En las referencias, por ejemplo, en la Wikipedia sobre este día, aparecen, entre otras: ablación de clítoris, despenalización del aborto, mortalidad materna, prostitución o feminicidio. La mujer sigue siendo utilizada, a día de hoy, en medio mundo como mercancía, sin tener en cuenta sus deseos o siquiera sus derechos, para ser casada y obtener una dote, como productora de hijos o como esclava sexual. Donde hay guerras, las mujeres y las niñas son doblemente víctimas y las violaciones son un arma más de combate. 
Pero, quitando las guerras y el Tercer Mundo, donde la vida del protagonista es miserable al margen del sexo, ¿sigue siendo necesario celebrar el Día de la Mujer? En España murieron en 2015 por violencia machista 56 mujeres y, en lo que va de 2016, han asesinado ya a once. Pero claro, “esas cosas” solo pasan en ambientes marginales y entre extranjeros, ¿de verdad sigue siendo necesario celebrar el Día de la Mujer?
Las mujeres cobran, de media, 4.600 euros menos al año que sus compañeros varones por hacer exactamente lo mismo. Para entendernos: si quieren ingresar igual sueldo, ellas deberían trabajar 70 días más. Y no es cuestión de precariedad, sino todo lo contrario; cuanto más alto es el cargo, mayor es la diferencia. Pero bueno, “eso” solo pasa entre las que tienen suerte, porque la tasa de paro femenino es cuatro puntos superior al masculino.
Así que, quitando las mujeres del Tercer Mundo, las extranjeras, las que sufren una guerra, las que abortan, las que son asesinadas por sus parejas, las que cobran menos por trabajar o las paradas, el resto no tenemos ningún problema. Bueno, salvo que tu novio te controle mucho el móvil. O que vayas a una entrevista de trabajo y quieras tener hijos, porque te expones a que no te lo den. O que decidas no tenerlos, porque serás tachada de egoísta. O quizás si enseñas demasiado las piernas o el escote, porque te arriesgas a que te apliquen el femenino de zorro, que no significa para nada “astuta”. O si te ascienden en el trabajo, porque siempre habrá quien diga que ha sido porque te acuestas con el jefe. O si eliges ser conductora o árbitro de fútbol. En realidad, salvo que se den alguna de estas situaciones, seguir celebrando el Día de la Mujer es completamente innecesario. 

DÍA DE LA MUJER, POCO QUE CELEBRAR

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