CUCHITRIL CON ENCANTO

La idiosincrasia española marca la diferencia con Europa en un par de cosas:  en compartir ya sean penas o alegrías ante unos tragos en el bar con los amigos y en el desmedido afán por tener casa propia. Bueno, en realidad es del banco durante treinta o cuarenta años, pero te suelen dejar vivir ahí a cambio de unos impuestos, unas letras y un bonito seguro de vida. Hasta hace unos años, el 80% de los españolitos “tenía” vivienda en propiedad.
Pero, con la crisis, aumentó el número de personas que viven de alquiler. Las desventajas son que tu familia piense que estás tirando el dinero y que te puede tocar un casero poco casero al que le preocupa poco que te hayan salido goteras en las goteras. Las ventajas estriban en que las derramas y los impuestos son para el propietario y que puedes cambiar de casa tantas veces como quieras.
Eso sí, la búsqueda es casi tan azarosa como la del arca perdida. Ahora las aplicaciones para el móvil facilitan mucho el trabajo, con imágenes que, en muchos casos, hacen un flaco favor a la vivienda y con alertas que permiten saber si alguno de los pisos ya no está disponible o si ha bajado de precio, pero las claves siguen siendo las mismas, con un peculiar sentido del marketing un tanto esotérico, difícil de interpretar para los neófitos.
Si el anuncio dice que es soleado y con orientación Sur significa que no tiene calefacción, algo que, al menos hasta el año 2006, sucedía en el 60% de las casas de A Coruña. ¿Acogedor? Muy pequeño. ¿Ideal para una pareja? Más pequeño aún. ¿Amueblado? Incluye un sofá viejo, el aparador de la abuela y trastos que me daba pena tirar. ¿Comunidad no incluida? Prepárate a soltar una pasta por la calefacción central y el portero. ¿Apartamento con encanto? Cuchitril recién pintado con muebles de Ikea.
En el mercado del alquiler hay de todo, incluso tesoros tan increíbles como un cuarto sin ascensor en el que la habitación y el salón se encuentran a un lado del descansillo y el cuarto de baño y el dormitorio, en el otro. Con sus dos puertas y sus dos cerraduras por medio, lo que significa que, si estás viendo la tele y quieres aprovechar los anuncios para ir al baño, debes recordar llevar las llaves en el bolsillo. Real como la vida misma. En la calle Orzán, por si a alguien le interesa.

CUCHITRIL CON ENCANTO

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