Paz sin entusiasmo

El contundente y para muchos inesperado triunfo de Pedro Sánchez en las primarias en las que compitió con Susana Díaz produjo un importante positivo en las encuestas conocidas inmediatamente después de esta elección. De manera indiscutible y para pasmo de muchos socialistas, el secretario general se hizo con la mayoría del PSOE.
Estaba claro porque así lo dijo en muchas ocasiones, que Sánchez llegaba con ganas de renovación. Tenía claro que el PSOE debía tener una nueva organización interna que respondiera a los “nuevos tiempos”. En esos “nuevos tiempos” era importante, según su criterio, dar protagonismo a la militancia, en detrimento de la democracia representativa interna. A no pocos y no todos ellos veteranos les costó asumir los nuevos aires, pero lo indiscutible de su triunfo apenas daba margen para una oposición interna. Se impuso la disciplina, entre otras cosas , porque todos necesitaban tiempos para curar heridas.
Hace apenas dos semanas, Ferraz aprobó, con paz absoluta, el nuevo reglamento que dejaba atrás el modelo tradicional del PSOE, modelo que, por otra parte, no se puede afirmar que no haya sido rentable para ellos mismos y para la propia democracia.
Rendidos a la evidencia, todos parecen asumir los pasos internos de Pedro Sánchez. Sin embargo, las aguas socialistas bajan menos tranquilas de lo que parece. En Andalucía continúa sin mostrar entusiasmo alguno, no ya por el nuevo reglamento, sino por decisiones políticas que no se han entendido como es la negativa a apoyar a Luis de Guindos alegando en el ultimo minuto que debía ser una mujer y en estos días, el no apoyo a Elena Valenciano, eficaz numero dos de Pérez Rubalcaba, como candidata a presidir el grupo de los socialdemócratas europeos en Estrasburgo. 
Esta decisión ha causado estupor por lo que supone de oportunidad que no es seguro se repita en la próxima legislatura. Susana Díaz, claramente favorable a la continuidad de Valenciano, ha afirmado que no quiere ni pensar que la purga se deba a que le apoyo en las primarias. Si a esto se une la no coincidencia en cuanto a la forma de abordar la enseñanza del castellano en Cataluña , no es arriesgado concluir que si, que hay paz en el PSOE pero el entusiasmo es perfectamente descriptible.
Las encuestas de las ultimas semanas no dan al PSOE los resultados esperados. El efecto Sánchez parece que poco a poco va diluyéndose de manera que los socialistas, a tenor de los datos conocidos, está muy lejos de la famosa remontada. 
Si, cuando toque, Pedro Sánchez no mejora claramente posiciones electorales, ni el nuevo reglamente podrá parar y acallar las voces que por los bajines ya se están dando un baño de melancolía por lo que pudo ser y, de momento, según muchos, no está siendo.  

Paz sin entusiasmo

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