LA ÚLTIMA BROMA

Han pasado más de cuatro meses desde las elecciones. Desde entonces, los partidos no han sido capaces de llegar a acuerdos. Ya se están encargando sus representantes de echarse las culpas unos a otros de esta inédita, ridícula y cateta situación. España es diferente, aunque no sepamos muy bien por qué. Parece que no han tenido bastante, que no nos han tomado el pelo lo suficiente y ayer Compromís nos atizaban una propuesta in extremis, en la que ni ellos mismos creían. Treinta puntos en tres folios para un gobierno a seis partidos. Puntos sin desarrollar, pero de los que en su mayoría se desprende más gasto público y muchas derogaciones de leyes. Un breve que lejos de mantener a España en la senda del crecimiento nos llevarían a la ruina.
Es tremendo que el PSOE saliera enseguida a decir que comparte 27 de los 30 puntos. Eso sí, los que se sumaran tendrían que aceptar a Sánchez como presidente. A Sánchez ya no le importa absolutamente nada el futuro de España. Le plantean un gobierno ingobernable con medidas inaceptables y dice que sí. Menos mal que Ciudadanos no ha tardado mucho en desligarse de ese tipo de acuerdos. La tomadura de pelo a los ciudadanos rozó ayer lo esperpéntico, aunque tiene la virtualidad de que muchos más se habrán dado cuenta de las tretas de una parte de la nueva política, de qué iba a esto de gobernar a cualquier precio y de echar de la vida pública al partido con más militantes y con más votantes. 

 

 

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