LA BOLSA, TOCADA DEL ALA

La bolsa no levanta cabeza. Cierto que el viernes hubo rebote. El Ibex ganó un 1,6% y logró cerrar por encima de los 8.400 puntos, pero no parece que sea el comienzo de un periodo distinto. Hay incertidumbre en España, pero tampoco las cosas están claras en otros lugares del mundo. Influye y mucho el espectáculo que hemos vivido en nuestro país en los últimos días. Ya casi se da por seguro que habrá elecciones, lo que significa que con suerte habrá nuevo gobierno en agosto-septiembre. Es decir que habremos perdido un año, que habrá que prorrogar los Presupuestos Generales del Estado y que no se habrán podido aprobar ninguna de las reformas necesarias para dar un nuevo impulso a la economía y consolidar su crecimiento y la creación de empleo.
La ruptura de las negociaciones a tres quedó patente el pasado jueves-viernes, cuando de nuevo se constató que Ciudadanos y Podemos están en las antípodas y que el PSOE juega a salvar a Sánchez, o a dejarle que ya se cueza en su propia salsa. El resultado es que seguimos sin gobierno y que las decisiones empresariales ya dan síntomas de estar a la expectativa. En este sentido, hay que apuntar la confianza del consumidor, los datos de paro registrado, el crecimiento de la economía, incluso la venta de coches. Las decisiones de inversión y consumo están paralizadas a la espera de lo que pueda pasar este mes, antes de que se convoquen nuevas elecciones.
Entretanto, se han conocido las cifras del déficit de las Administraciones Públicas, bastante por encima de lo esperado, a pesar de la corrección que el jueves hizo el ministro de Hacienda. Lo que sí parece claro es que el Gobierno se ha puesto serio con las comunidades autónomas y está dispuesto a aplicar con todo rigor la Ley de Estabilidad Presupuestaria que hasta ahora le ha costado hacer cumplir. Veremos si es posible y para los próximos meses se puede presentar ante Bruselas un plan de las cuentas públicas más creíble.