SIN RESUELLO

Agotados. O, lo que es lo mismo, sin resuello, sin aire que entre en los pulmones y nos ayude a oxigenarnos, a impulsarnos; ni tan siquiera a mantenernos.
Casi seis años de agotadores esfuerzos –más en los últimos tres– solo camino de la extenuación. Ni los brotes verdes ni las navidades de la recuperación. Lo que se anuncia tardará en llegar; todavía más en ser perceptible para la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país.
Eso si la todavía endeble macroeconomía, que tanto afecta a la bolsa de la compra, al transporte, o a bienes primarios, en definitiva esenciales para la subsistencia, realmente no sufre otro bache.
El año termina, pese a las lecturas grandilocuentes, como empezó. Peor aun teniendo en cuenta que ya no se tiene lo poco que podía haber al principio. Una carrera demasiado larga, excesivamente empinada, solo apta para los mejores equipos –las grandes fortunas, los inversores, han ampliado sus patrimonios–, no asumible, en definitiva, para casi nadie. Tal vez se trate de eso, que no somos nada.

SIN RESUELLO

Te puede interesar