FLORES MARCHITAS

Tres actuaciones de Julio Flores, primer Teniente de Alcalde de La Coruña, han encendido las alarmas en la ciudad y también en el equipo de Gobierno de Negreira.
Primero, la imputación que afecta al personaje que, negando su propia voz en una grabación, siembra dudas en su contra y da verosimilitud a las sospechas que sobre él tiene la jueza instructora. La segunda cuestión afecta a las declaraciones del concejal imputado asegurando que los políticos no tienen que mantener una conducta ejemplar en la gestión de lo público. Se limita a decir que en política no hay santos y que, igual que algunos ciudadanos incumplen la legalidad y la estética, los políticos también. Es, sin duda, un mensaje inadecuado y que genera el rechazo de la gente, perpleja con toda la corrupción que ensucia a todos los partidos políticos con responsabilidades de gobierno. La tercera cuestión se refiere a la actuación del Julio Flores en el último Pleno en el que insultó, sin decoro alguno, a un concejal de la oposición.
Ya es difícil seducir a ciudadanos para que participen en la política pero si el recibimiento que les espera es el que le otorgó al concejal insultado la cosa se pone imposible. Todo ello junto suena a despedida. Julio Flores actúa como si ya hubiera interiorizado que su carrera política tiene fecha de caducidad. El Ayuntamiento de La Coruña tuvo en su tiempo un prestigio basado, entre otras cosas, en el señorío, la buena educación y el respeto que en una sociedad civilizada se deben todas las personas, incluidas las de los partidos adversarios.  Estamos en el mes de mayo, mes de las flores, pero parece que de las marchitas…
(*) Carlos Marcos es presidente de Unión Coruñesa

FLORES MARCHITAS

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