La era de las mujeres

Vivimos un momento en el que ciertos conceptos pierden valor por su uso excesivo. Es lo que acontece con la palabra  “emprendimiento”.  Estamos ya cansados de oír este vocablo y que se utilice como un saco sin fondo donde metemos de todo. Desde un negocio de barrio hasta lo que ahora está tan de moda: las “startsup”. Por ahora no ha surgido sustituto más acertado y, en definitiva, tampoco eso es lo fundamental. Lo importante es saber a qué nos referimos y por qué este concepto alcanza tanto protagonismo. Probablemente la crisis económica sea la responsable de que nos lancemos al emprendimiento como la avalancha del primer día de las rebajas. Estos años de crisis nos han demostrado que cuando no hay trabajo hay dos opciones: quedarse en casa viviendo del paro o intentar poner en marcha una iniciativa empresarial propia.
Son múltiples los estudios que aseguran que son las mujeres las que están a la cabeza del emprendimiento. Según la Federación Nacional de trabajadores autónomos, ATA, las mujeres representaron el 42,3% del crecimiento de autónomos en 2015. La empresa de planificación fiscal y patrimonial Óptima destaca que desde 2008 el 48% de las empresas españolas que iniciaron su actividad fueron creadas por mujeres. La tendencia femenina a desarrollar la capacidad emprendedora es un hecho. 
Sea por obligación o por pura iniciativa está claro que las mujeres están abriendo puertas para acceder al mercado laboral y esto merece el apoyo de todos.  En primer lugar de la Administración, por que se supone que todos los poderes públicos tienen como objetivo crear empleo. Pero también de las entidades privadas, porque apoyando esos proyectos cumplen con dos funciones: la de responsabilidad social y también la de detectar talento y proyectos que ayuden al crecimiento de sus propias empresas.
Esta semana el centro de emprendimiento Galicia Open Future de la Fundación Telefónica –con el apoyo de la Xunta– ha contado con Executivas de Galicia para organizar una jornada dedicada al emprendimiento femenino. Ambas entidades son conscientes de la necesidad de dar a conocer el potencial emprendedor de las mujeres como una forma no sólo de apoyar a que esas semillas de empresas se desarrollen y crezcan sino, también, como modelos para las generaciones que vienen. Emprender debe ser, ante todo, un talante, un espíritu de empuje, esfuerzo y creatividad que debemos inculcar a las generaciones que vienen. Si lo conseguimos es posible que nuestras hijas no emprendan porque no tienen más remedio, sino porque es lo que realmente quieren hacer. Estaremos entonces entrando de verdad en la era de las mujeres.

La era de las mujeres

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