De uno en uno o de dos en dos, los amigos son los amigos

ALGO empieza a cheirar muy mal en María Pita y no precisamente porque la concejala de Medio Ambiente, María García, biotopo pata negra, siga empeñada en que la ciudad dé asco, sino porque lo de otorgar contratos a los amiguitos es un poco escandaloso de más. Si primero, un coleguita de Xiao Varela, responsable de la Concejalía de Paseo de Bicicletas –camina por la calle con una como quien lleva al perro a hacer sus necesidades, pero jamás se le ha visto pedaleando–, resultó agraciado con la adjudicación de un estudio previo a la reforma de Alfonso Molina y otro para la organización de A Coruña en distritos, ahora se ha sabido que la responsable de Igualdad, Rocío Fraga, le dio otros dos contratos a otra compañera del alma. Los dos afortunados figuran entre de los 99 firmantes del manifiesto fundacional de la Marea, nasía pa’ganá, por lo tanto, que no desesperen los 97 restantes, que poco a poco se irá arreglando lo suyo.