EL todopoderoso Caballero, don Abel, insiste en tender puentes, del estilo del de Rande, con el nuevo jefe de la franquicia enxebre de los socialistas, a la sazón su sobrino, con el que se lleva a matar y con el que no cruza una palabra ni en la cena de Nochebuena. “¿Cómo no voy a hablar con el nuevo secretario general del PSdeG?”, aseguró en un tono que él quería que pareciese serio, pero que quienes estaban a su alrededor consideraron que sonaba a broma. Si fuese o fillo do fillo do muiñeiro; para sus amigos Rafa; para sus rivales Cuiña, y para sus conciudadanos de Lalín el alcalde, no habría duda de que iba con retranca, pero como no lo es, a lo mejor hasta quiso ser formal, no vaya a ser que su sobrinísimo lo aparte de la lista para las municipales. Esa sí que sería buena.