Un susto en Guísamo


EL microbús aminoró la marcha. Se detuvo y empezaron a bajar los pasajeros. Por su vestimenta y sus peinados parecían tipos recién salidos de un after, aunque ya era la hora de comer. En el bar, recovertido en vinoteca, se pusieron en guardia. Quizá no fuese para tanto y se tratase de la despedida de soltero que los coleguitas más canallas habían preparado a un miñaxoia que desentonaba en el grupo... ¡Ah!, no; era la plana mayor de los mareantes camino de un mitin. Todos respiraron aliviados en el bar de Guísamo.

Un susto en Guísamo

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