El riesgo de las verduras transgénicas


LA abuela Carmena,siempre tan a la última –no pesan los años, pesan los kilos y ella es una mujer enjuta–, se ha entregado en cuerpo y alma a la moda de los huertos urbanos. No, no es que se haya comprado un sacho y un fouciño y se vaya dedicar a la agricultura –ecológica, por supuesto–, sino que ha decidido destinar 4,7 millones de los presupuestos a las leiras posmodernas. Con el grado de contaminación de la capital del Reino, veremos si no proliferan las lechugas y los tomates mutantes.

El riesgo de las verduras transgénicas

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