La renuncia del abnegado Donald Trump

EL presidente electo de Estados Unidos se apartará de los negocios privados, que dejará en manos de su familia, y se centrará únicamente en dirigir su país, o sea, en dirigir el mundo. La ley no le obliga a hacerlo, pero Donald Trump ha matizado que así se evitará conflictos de intereses. Lógico, pues no estará nada bonito que decidiese a golpe de decreto que, por ejemplo, todas las empleadas de su imperio tuviesen que pasar por el despacho oval para que él pudiese desahogarse. Con las trabajadoras de la Casa Blanca tendrá suficiente.

La renuncia del abnegado Donald Trump

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