HAN tenido que ser divertidas las navidades en casa Le Pen. El Frente Nacional sufre la mayor crisis de su historia; la justicia lo tiene enfilado, los sondeos no dejan de golpearle tras la derrota frente a Macron... y para colmo andan a la gresca en las relaciones familiares. Marine, la lideresa, le puso la cruz a su padre, Jean Marie, hace unos años y no le deja ni pisar las sedes del partido. Marion, sobrina de la jefa, está como el bicho del pantano por el supuesto viraje hacia el centro, el centrito y tirando para la derecha, que propugnaba Marine... Vamos, que como los Reyes no sean buenos se van a acordar de esta temporada. FOTO: marine le pen, lista para dar un abrazo | aec