ESTABA visto que la violencia integrista iba a tener, tarde o temprano, contestación por parte de los otros descerebrados que pululan por el viejo continente. Por suerte, la colocación de una maleta bomba dentro de un centro de refugiados en Alemania no fue más que un intento fallido de causar daño, pero en este caso, parece más indicativo el acto en sí que sus consecuencias. Y, desde luego, es preocupante.