Más de dos años en los que la urgencia ha sido la lentitud

LA mitad del mandato municipal ya quedó atrás, es decir, ya han pasado más de dos años desde la elecciones que ganó Negreira y que llevaron a la Alcaldía a Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira. Han sido dos años duros, muy duros, pero da miedo pensar cómo hubiesen sido si hubiera perdido la partida de chinos en la que se jugó con Iago Martínez, el Rasputín de Teis, cuál de los dos encabezaba la lista de la Marea nasía pa’ganá. El caso es que el campeón del chinchimoni llegó a María Pita con 25 medidas –ideadas, por supuesto, por el perdedor– que aplicaría con urgencia, pero o entiende la urgencia de una manera diferente al resto del mundo o se la coló a sus votantes, porque un tercio todavía siguen durmiendo el sueño de los justos. Casi mejor que así sea, porque las que están en vigor suponen un desastre muy desastroso. Ahora bien, que una de esas medidas somnolientas sea, por ejemplo, la publicación de todos los contratos invita a pensar que, más que una diferente forma de entender los conceptos, hay un intento de ocultar las cosas. A ver si en los menos de dos años que le quedan en el concello hay más suerte. 

Más de dos años en los que la urgencia ha sido la lentitud

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