Los mareantes se van refinando con el paso de los años

DOMINGOS Merino salió al balcón del ayuntamiento nada más ser investido alcalde e invitó a todos los coruñeses a tomar unha taza de viño na casa do concello. Años más tarde, Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, recuperó ese espíritu cutre, pero, eso sí, en versión 1.0 –tampoco vamos a exagerar– y en sus primeras navidades como regidor convidó a sidra servida en vasos de plástico. La pinta de muchos de los bebedores hizo que el palacio municipal llegase a parecer Méndez Núñez una noche de botellón. Pero ¡cómo ha cambiado todo desde entonces! Este año ya hubo cava, sidra y agua y todo servido en cristal fino. Y es que le han cogido gusto al establishment los mareantes; aquel concejal que llegó a ir a trabajar en bermudas, luce ahora americana a diario; una de sus compañeras que se forraba con capas y más capas de ropa de abrigo ha montado una calefacción en el despacho que aquello parece el Caribe; incluso una edil se pinta los labios de rojo pasión y alguna vez hasta se da unos brochazos de rimmel... El día en que su política sea también normal... ¡Qué ganas de que llegue ese día! FOTO: el alcalde, con un copa llena de líquido espumoso | patricia g. fraga 

Los mareantes se van refinando con el paso de los años

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