La Marea vuleve a darse de bruces con la realidad

OTRO mal día para la Marea, nasía pa’ganá. Si a la xente do común le diese por marcar en rojo las jornadas en las que las cosas salen al revés, el calendario iba a parecer el que colgaba en las aulas de las escuela de la Unión Soviética, pero la de verdad, la de los tiempos del Stalin más criminal. Todos los días aparecían en rojo. El martes fue uno de esos en los que lo mejor es pasar las 24 horas escondido. Los promotores del Parque Ofimático acusaron a Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, de mentir sobre los acuerdos para impulsar el polígono residencia y la Xunta rechazó la parcela alternativa que proponía el alcalde para construir el centro de salud de A Falperra por ser pequeña y estar mal situada. Día completo, día Comansi. Y menos mal que el Deportivo no jugaba esa tarde, porque sino aún le hubiese caído encima otra pena. No le va a quedar más remedio que colgar del balcón del palacio municipal una pancarta reivindicativa con un lema contra las malas prácticas. Si Iago Martínez, el Rasputín de Teis, tuviese un poquito, solo un poquito, de humanidad ya estaría encargándola.

 

 

La Marea vuleve a darse de bruces con la realidad

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