La deriva de Caballero

AL todopoderoso Caballero, don Abel, le pone la música. Virtuoso de la guitarra –por ahora no hay noticia de que haya destrozado ninguna al acabar una actuación, pero quién sabe lo que puede ocurrir en el futuro– en 2015 felicitó las navidades a sus súbditos interpretando un villancico en un programa de Localia. El año pasado rechazó los bolos navideños y prefirió torturar en exclusiva a los concejales de Podemos; colgó un altavoz frente a la sede del partido y los atronó día y noche con panxoliñas a todo volumen. Los ediles acabaron tan hundidos que utilizaron las redes sociales para anunciar que se rendían. Lejos como queda la Navidad, no es momento de villancicos, pero tampoco de renunciar a la música –¡eso nunca!–, y ya prepara conciertos y movilizaciones para reclamar el AVE a Vigo.El alcalde olívico asegura que se trata de actos de carácter “festivo y lúdico”, pero a lo que suena es a que se está podemizando, hasta en el lenguaje recuerda a los hombres morados. A ver si va a hacer falta un golpe de timón.

La deriva de Caballero

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