La danesa más belicosa

LOS descendientes de aquellos daneses a los que tanto les gustaba venir de razzia por Galicia –solo hay que pensar en Ulf el gallego, que después de arrasar o país debió cogerle gusto a los grelos y el pulpo, porque se quedó un montón de años y con el conde Rodrigo Romáriz organizó numerosas revueltas contra Bermudo III– siguen siendo muy belicosos. La profesora Marlene Wind, directora del Centro de Política Europea en Copenhague, le metió una caña tremenda al flamenco Puigdemont en la primera jornada de su escapada danesa. Le lanzó bombas como como: “¿Cree que Cataluña será un Estado de la UE teniendo en cuenta que se ha quedado sola en su lucha?”; “Votaron a favor de la Constitución, ¿no debe ser respetada? ¿No es eso también democracia?”; “¿De dónde viene esta urgencia por la independencia? Cataluña es la región más rica de España, ¿son solo unos malcriados que están intentando librarse de los pobres?”. Solo le faltó abandonar la reunión montada en un drakkar e irse a beber cerveza en los cráneos de sus enemigos, porque razón la tenía todita.

La danesa más belicosa

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