Una joya que languidece y muere ante la desidia de los políticos

SEGURO que un buen número de betanceiros y muchos forasteros están convencidos de que es una lástima que Juan  García Naveira hubiera elegido la ciudad de los caballeros para montar su Pasatiempo. Un parque enciclopédico que de estar en cualquier otro lugar ya se hubiera convertido en un lugar de peregrinación de turistas ávidos de inmortalizar con sus cámaras algunas de las maravillas que con cemento Portland plasmaron los hermanos gallegos. Y sin embargo, en Betanzos, el parque languidece en medio de la desidia de las instituciones, dispuestas a gastarse una millonada en cualquier tontería pero no en proteger una joya única en todo el planeta. Ojalá que a los responsables de la cultura les entre en algún momento la cordura.

 

Una joya que languidece y muere ante la desidia de los políticos

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