El Pinocho convergente

RAMÓN Tremosa es un catalán que vive en la diáspora; tiene un buen sueldo, 13.200 euros al mes, pero no todos los días puede gastar parte de ese dinero en pan con tomate y jamón, más que nada porque Bruselas no es Barcelona y allí no hay bares que lo sirvan. Tremosa vive en la capital belga, porque es eurodiputado por Convergencia, pero bien podría serlo por el cluster catalán de la madera, porque su nariz es tan larga como la de Pinocho. Él mismo se encarga de que crezca y crezca sin parar. ¿Cuál es su secreto? El único hasta ahora conocido para ese desarrollo; ni vitaminas, ni hormona del crecimiento, ni jarabe, ni... la clave es contar mentiras y Tremosa las encadena con una soltura impresionante, lo malo es que siempre lo pillan. Lo cazaron en 2014 cuando manipuló una portada de Time; lo cazaron el 1-O cuando colgó una foto de la Policía chilena, y volvieron a cazarlo el sábado cuando utilizó una imagen de los bilbaínos celebrando la  Supercopa que ganó el Athletic en 2015 –precisamente al Barça– como si fuese una manifestación contra el 155. Menudo carrerón.  

El Pinocho convergente

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