La desastrosa vida de José Mourinho en Manchester


JOSÉ Mourinho se confiesa en una televisión inglesa: “Mi vida es un desastre”. Conociendo su carácter, es fácil pensar que está a punto de tirarse por una ventana; pero no, no puede ser, el suicidio no entra en los planteamientos de un fervoroso católico como es el portugués. Todo se debe a que su mujer y sus hijos se han quedado en Londres y él vive solo en Manchester, en un hotelazo, pero solo, con los paparazzi a la puerta y teniendo que pedir la comida a través de una aplicación del móvil. Si no fuese un tipo tan asalvallado, seguro que Guardiola lo invitaba a comer a su casa, pero el angelical catalán –si fuese por el abad de Montserrat sería canonizado en vida– tiene miedo a que el solomillo no sea de su agrado y le tire la vajilla a la cabeza como si estuviese interpretando una discusión conyugal.

La desastrosa vida de José Mourinho en Manchester

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