Cuestión de hemeroteca

TIeNE narices que más de dos años después de la constitución de los nuevos ayuntamientos, en el de A Coruña, todavía haya concejalías que no son oficiales y que la desidia de los responsables políticos la estén pagando los funcionarios. Sin embargo, parece que los empleados públicos de la ciudad herculina no están dispuestos a comulgar con la rueda de molino que los mareantes le ponen delante y ya han presentado más de ochenta alegaciones al organigrama municipal. Si a esto le sumamos que los tribunales están empeñados en cargarse los nombramientos de los altos cargos, realizados a dedo por los responsables municipales y que la mano derecha del regidor se permitió asegurar que entre los funcionarios existen muchos horcos, el cóctel no parece el más apetecible. ¿Se acuerdan cuando tomaron posesión que destacaban lo bien preparados que estaban los funcionarios y que ahora por fin iban a poder desarrollar su trabajo? Pues eso, que por la hemeroteca muere el político.

Cuestión de hemeroteca

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