Camino de la soledad

CARMEN Santos, la vicaria de Pablo Iglesias na terra, mira de esguello –mala señal–, pese a lo cual presume de que los círculos concéntricos enxebres se caracterizan por sus relaciones fraternales. Tan fraternales son esas relaciones que la diputada Ángela Rodríguez, alias Pam, cuando se refiere a ella le llama “la puta coja”. Pero Santos sigue a lo suyo, que es mantener el carguiño, y se agarra con fuerza a la coleta de su jefe como los indios lo hacían de las crines del caballo. Para reducir las posibilidades de una rebelión ha puesto en práctica una pseudopurga a través de la depuración del censo de Podemos Galicia. Los inscritos tenían que presentarse con el carné en la boca y verificar su identidad, pero resulta que solo el 17% de ellos acudieron a probar que están vivos y que su alma es morada. Siempre será mejor tenerla morada que negra, pero que ni la quinta parte de cuantos llegaron a figurar en el registro –civil, por supuesto– de los podemitas de este lado de Pedrafita quiera que su nombre siga apareciendo allí, hace pensar que la cosa va muy mal.

Camino de la soledad

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