REALIDADES LÍQUIDAS

“Realidades líquidas” es el título de la muestra actual de la galería Moret Art que ofrece la obra de los pintores  María Treviño ( Madrid, 1976) y Juan Gallego ( Madrid,1972),la cual ha sido concebida en torno al tema del agua,  al que cada uno ha dado du particular enfoque. J. Gallego se centra en su aspecto energético  y presenta dos series: la que titula “Fuerza”, en la que recoge el tremendo empuje de la ola, justo en el momento de alzarse espumeante con su característico bucle  y su imparable ritmo; y una segunda serie que lleva el epígrafe de “Espuma cuántica” , en la que trata de reflejar el poderío contenido en cada gota del líquido elemento que late bajo la aparente calma de las aguas profundas, desde estas ascienden plateadas moléculas, burbujas dispersas que concentran, en su aparente ligereza, muchos cuantos de energía y la emiten (el guiño a Max Planck está presente) de manera discontinua. J. Gallego pinta en tonalidades gris azuladas y adapta su trazo al escorzo de la agitada ola  o lo remansa en planos amplios de profundo azul, donde globulares formas se diseminan y, a veces, los cruzan como  vectores diagonales, estilizadas algas. 
    Por su parte, María Treviño se centra en la relación entre el ser humano y el agua y, en todas sus obras aparecen nadadores subacuáticos , reflejados en una interacción gozosa y casi mística con las linfas color turquesa o esmeralda; flotan sus personajes, como lo harían en el líquido amniótico, casi en estado de trance,  rodeados de burbujas que salen de su respiración y traspasados de reflejos; por eso titula su obra como “Agua y aire”, pues hay un connubio imprescindible entre ambos elementos; pero además hay que añadir la transparencia, la luz que incide sobre los rostros y sobre los cuerpos y los baña  de irradiantes  luminiscencias. M. Treviño  da muestra de una gran habilidad técnica, tanto para hacer sentir la realidad líquida, como la ligereza del ascendente aire, pero sobre todo para hacer ver que todo es reflejo, que cualquier retrato está sujeto a los cambios de enfoque y a las circunstancias del entorno. “Realidades líquidas” se convierte, así, en una reflexión sobre la realidad y sus apariencias;  partiendo, desde una óptica abierta, del planteamiento clásico de la pintura, pone en cuestión el supuesto realismo de la mirada y nos deja ante la disolución de lo que entendemos por fijo e inmutable.  Sin duda, ningún elemento, como el agua, es capaz de darnos un espejo tan dúctil, tan móvil, tan cambiante.