LOS MUTANTES DE EMILIO CELEIRO

Emilio Celeiro (A Coruña, 1928), infatigable creador, lleva recorrido un largo camino plástico, desde que en 1954 hiciera su primera muestra en A Coruña; entes de su fértil imaginación tomaron las más variadas formas en dibujos, esculturas, grabados, pinturas...; hoy todas esas criaturas parecen reclamar una nueva vida y el artista, abrumado, se autorretrata protegido apenas por las débiles paredes de una estancia, con la cabeza apoyada en las manos, mientras es asediado desde el inmenso espacio azul. Se trata de seres inclasificables o, más bien, de mecanismos que tienen el acerado color metálico de las máquinas, pero que  participan de rasgos humanoides y animalescos y  parecen bestias apocalípticas, dignas de los relatos de Lovecraft; estos tremendos especímenes apuntan a una taxonomía no deseada y terrible, que él clasifica en la serie COD y a los que llama Mutantes en sentido negativo pues parecen acumular lo peor de cada especie. Los más “inocentes” tienen forma de pez y los supuestamente más “evolucionados” son complejos mecanismos que- como bien apunta Eva Veiga- anuncian un cuerpo post humano “ representado na condición híbrida natural-artificial do cyborg como unha maraña de próteses e de cables unida... a ese terceiro entorno ao que parece vai dirixíndose a humanidade”. Celeiro, hombre de fino humor y profundamente humanista, alerta así, quizá, de los peligros que acechan cuando se transgreden las leyes de la naturaleza, pues sus criaturas ni son complacientes, ni él se complace en ellas; al contrario, están pintadas para que produzcan desagrado e inquietud; tal vez por ello, hace  una interpretación personal de Las tentaciones de San Antonio , presentándolo  rodeado de estos fríos, inhumanos, amenazantes seres , mezcla monstruosa de insectos, peces, sierpes, medusas, gusanos, dragones... que representarían todo lo peor de la memoria genética; metáfora, al fin, de nuestros vicios y defectos, fustiga con ellos nuestras fosilizadas miserias y nos alerta de que podemos proyectarlas al futuro.
En las antípodas, ofrece un grupo de esculturas, cuyo protagonista es la figura humana, ya en trance amoroso o en éxtasis, ya en transformación positiva hacia refinados gozos, como Ganimedes o Leda. Y demuestra, una vez más que es un creador fértil y abierto a todos los posibles.

LOS MUTANTES DE EMILIO CELEIRO

Te puede interesar