LUNAS DE PAPEL

Lunas de papel es el título que Mª Luisa Rojo-Novais da a la exposición que realiza actualmente en la  galería Arte Imagen, inspirada –según ella misma declara– “ en los movimientos e influencias de las fases lunares, las manchas…”. De estas incitaciones surge un variado corpus de cuadros: algunos  cuadrados y muchos redondos para parecerse en la forma básica al astro que la incita, aunque el soporte, en este caso, es sólo el pretexto para un juego combinatorio de un número finito de iconos, cuya alternancia permite una gran variedad compositiva. Además, pues, de un vibrante color, que es uno de sus aciertos, repite triángulos, círculos, semicírculos, bandas rectangulares, óvulos, ángulos, gajos de luna en creciente o en menguante, etc, que se superponen y solapan entre sí, creando un abierto puzzle de planos fragmentarios con los que crea una gran intensidad cromática; a ello hay que añadir un grafismo lineal de ondas, arabescos, puntos, volutas, cruces, estrellitas y otros, en trazos negros, que contribuyen a resaltar el color de fondo y el de los planos coloreados.
Muy importante es también la creación de ritmos escorzados, sobre todo en el caso de los triángulos, que apuntan como flechas, hacia alguna dirección desconocida. Esto y el que, de vez en cuando, ponga la silueta de una figura que alza sus brazos a la luna, sugiere ansias íntimas, sueños de dimensiones escondidas o, tal vez, latencias del inconsciente que es, desde luego, nuestra parte psicológica regida por la luna . Dice ella que “el cuadro nace del interior del alma” y esto es algo de lo que dejaron constancia tantos artistas contemporáneos, desde las vanguardias del siglo XX, con los cuales, sin duda, ella puede entroncarse y muy especialmente con la Abstracción lírica de Klee y Kandinsky,  lo que avalan títulos como Luna de violín, Luna musical  o Bailes lunares.
Buscado voluntariamente o no, la presencia de estos maestros que abrieron puertas a la inspiración libre está ahí y lo que ella denomina “paisajes” sólo pueden entenderse como tales si los adscribimos al universo de las configuraciones de la imaginación y no de lo real. Ella viaja con las lunas o por sus lunas y las pone a pensar geométricamente, tiñéndolas de multicolores matices que nunca están en la luna de verdad, que es siempre luminosamente blanqui-amarilla en el plenilunio y es oscura en el novilunio. Pero este es, precisamente, el privilegio del arte, el de poder recrear a gusto la realidad.

LUNAS DE PAPEL

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