“DispararT”

Acabamos de asistir en Madrid a la presentación del número cero de la revista “DispararT”, un proyecto de un grupo de artistas y colaboradores de la galería Ra del Rey de Madrid, cuya intención es salirse de los cauces y modos habituales de entender la cultura, para ir hacia una interrelación de las artes plásticas con la música, la ciencia, el teatro y muy especialmente con la poesía. Se abre la revista con una declaración de principios (casi manifiesto) de nuestra autoría, donde indicamos lo que entendemos por arte de lo dispar: el que busca la savia, la raíz, el que es celebración, comunión, participación. 
Definimos al artista de lo dispar como un explorador, un buscador ferviente, que ama situarse en el límite, en el margen del ser, para así poder penetrar al territorio de lo desconocido. Se trata, pues, de hacer un arte que cree espacios, que arrastre la imaginación, que sea puerta, apertura, epifanía, aventura, que tenga sabor, olor, magia, audacia, embrujo, reminiscencia, polifonía, que nazca inocente y sin afeites como un recién nacido. 
Ideario, pues, difícil, si se piensa en toda la retórica que cargamos, en todos los tópicos que pesan sobre nuestros hombros. En las páginas de este número cero hay más de 50 colaboraciones, guiños graciosos a la realidad, con imágenes que chispean y piden “arrastrar el crepúsculo de la cabellera”, o que “anden sin-taxis las lenguas de este mundo” o que “viva el nacido sin dueños ni futuros que lo ahorquen al pie de un sueño”. Se nos acerca a la geometría pitagórica, a la estructura y conexiones del hipocampo de don Santiago Ramón y Cajal, llamado poéticamente “el asta de Amón” . 
Se ofrecen proyectos de arquitecturas casi imposibles, como el Esfínter de Carlos Hurtado; y podemos viajar hasta los increíbles espacios cósmicos de la Nebulosa de la Trompa de Elefante, en la constelación de Cefeo, gracias al médico radiólogo y astrónomo Joaquín Ferrero. Luego descendemos, merced a Agustín Martín Francés, a un desayuno en Berlín o nos enteramos de lo que es la biorreprografía, en artículo de la doctora. Consuelo Martínez Cócera. 
Nacen árboles, se abren ventanas, se erigen columnas, se musicalizan los rostros, se recogen del espacio llamas azules, se escriben páginas en el aire o a él se lanzan pétalos vilano, se conversa con las tintas y con el color y se acepta también el “sentimiento de la pérdida” en el espíritu de Gerard de Nerval. La revista comienza, pues, con andadura humana, polimorfa, libre y abierta, descreída de los “emergentes”, “los maestros”, “los posmodernos” y “los de moda”.

“DispararT”

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