COLECTIVA 26-4-37. FRANCO DESTRUYE GUERNICA

En la noche del 19 al 20 de noviembre de 1975 moría Franco y ,justo en la misma fecha, cuarenta años después, la galería Arte Imagen y Enrique Tenreiro organizaron la exposición “Franco destruye Guernica”, en la que participan dieciocho artistas, la mayoría coruñeses, con obras alusivas a la libertad y a la memoria histórica. 
La muestra se abrió con una performance de  Tenreiro  que  escenificó el odio que todo tirano siente por la cultura, representando a un intelectual que está leyendo poesía y que, al no hacer caso de las órdenes de un militar que lo conmina a callar, es asesinado. Una noticia del desastre de Guernica (el primer bombardeo aéreo de la historia), publicada en el “Diario del siglo XX”, de El Mundo, preside la muestra, sirviendo a la vez de motivo y de  llamada de atención, un modo gráfico de traer al presente las lecciones de la historia, que, a menudo, olvidamos;  pero los compromisos del arte pueden dejar huellas imborrables, como ocurre con El Guernica de Picasso. 
A un nivel más modesto, las obras presentadas asumen su parcela de denuncia, de rechazo o de dolor humano. Un  tronco de árbol de retorcida forma antropomorfa, tintado de color rojo sangre, obra de Tenreiro, evoca, en patético alarido, los cuerpos de los presos torturados, al lado de cuatro impactantes pinturas, tipo cartel, de Basterrechea que reproducen la larga sombra del tirano; un montaje fotográfico de Maribel Longueira, con el título de Nuevos fascismos  recoge el drama  de la emigración clandestina; Francisco Fernández Naval pone la mano enguantada de Europa sobre los dramas que azotan al Mediterráneo: Siria, Libia, Egipto, etc ;Pablo Mella nos sitúa frente al siniestro túnel oscuro de la opresión;  Ana Lamuño ofrece “A paso de tortuga”: un artilugio terrible, entre animal y máquina de guerra; G Trebacz nos invita, con un enorme ojo y un espejo que evoca desastres, a estar vigilantes; Polo pone en paralelo, entre telegramas y  circulares de condolencia por la muerte de Franco, su infancia con la del dictador; Manchea (Tono y Laura Sánchez), junto a un anuncio de productos de limpieza que reza “¡Suciedad fuera!”, hacen nacer de la arena de la playa de las Lapas, donde se fusiló  a tanta gente, una estéril flor metálica, cuyo cáliz es una peseta con la efigie de Franco; Nito Davila, Lomarti, Gabi Carrera, Antón Sobral, Chelo Facal, María Piensos, Ramón Iribarnegaray aluden a víctimas, exilios, fanatismos y libros liberadores. Nosotros,  hartos del horror de este planeta, preferimos saltar más allá, fuera de él, con un libro virgen entre las manos.