A cidade dos prodixios

La galería Moret Art ofrece la muestra “A cidade dos prodixios”, del artista de Vilagarcía de Arousa Xurxo Alonso ( 1956), cuyo motivo central, –según aclara el título– es la ciudad y muy especialmente la urbe contemporánea con su tendencia a la verticalidad; y es esta misma posición perpendicular la que usa como contrapunto de un grupo de esculturas, construidas a modo de pequeñas bibliotecas que constituyen otro modo de verticalidad: está desde luego la posición de pie de los libros, pero también la idea de proyección de las ideas que necesariamente nacen para elevarse a las alturas. Escribir libros y construir ciudades constituyen sin duda dos de las tareas más importantes y que más definen el quehacer humano.
Ambos temas ofrecen desde luego un paralelismo constructivo, pues se trata de formas ortogonales que se yerguen enhiestas, en un caso para construir habitáculos en el espacio y en el otro para que el título puesto en el canto del libro despierte la atención  del lector. X Alonso utiliza una composición  abierta, basada en la combinación de medidas y tamaños que alternándose cuidadosamente producen un rítmico y dinámico perfil de líneas quebradas que se dijeran flechas apuntando hacia el cielo.
Este juego combinatorio se enriquece con el color sabiamente dispuesto y el conjunto resulta de una rara belleza, pese a la sencillez de la propuesta o tal vez por ello mismo: por la habilidad en saber conjugar armónicamente formas y color. Y el prodigio de esta ciudad de los prodigios es que está hecha con un material humilde: cartones recortados. Igualmente, los libros están hechos de recortes de madera, con lo que X. Alonso demuestra que la belleza es algo que está dentro del alma del artista y puede extraerse de cualquier lugar y de cualquier sustancia cuando hay talento.
La idea ciudad-libro o libro-ciudad esconde –según dice el propio autor– “tras sus fachadas y tapas historias ocultas de personas, de amores, de exclusiones, de soledades y también de esperanzas”. Y lo mismo que Borges, Steinbeck, Machado de Assís, Knut Hamsun, Faulkner y otros autores a los cuales dedica sus bibliotecas nos relatan el acontecer humano, la ciudad es en si misma un fantástico cuento, un sueño que se eleva en disparatados rascacielos como los de Nueva York o que deja su emblemática marca en torres como la nuestra de Hércules o en monumentos como la catedral de Santiago. Y aunque no estamos ante ciudades concretas, sino ante el concepto universal de ciudad, el paisaje nos alude con su poderosa poesía de edificios escalonados de los que ha tomado posesión el azul y sus complementarios, arrinconando el gris.

A cidade dos prodixios

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