Los “Bichos” de Benito Freire

La galería Monty4 ofrece la obra “Bichos” de Benito Freire (A Coruña, 1972), un artista que ha encontrado en la forja y en el hierro un manantial de incitaciones formales, como antes lo habían hecho Gargallo, Pablo Serrano o Julio González (por citar solo algunos de los grandes pioneros que elevaron a categoría artística el ancestral oficio del herrero). Freire, formado en Técnicas de Volumen en la Escuela Pablo Picasso, ha prodigado desde el año 2000, en que termina sus formación, sus proyectos funcionales para portales, fachadas o balcones, saliéndose de los esquemas al uso e inspirándose de un modo muy libre, muy creativo, en las formas orgánicas de la naturaleza y combinándolas con artilugios mecánicos. Consigue así un lenguaje personal, que conocimos en la muestra Aleaciones del año 2013, realizada en la misma galería. 
Su obra de entonces recordaba signos rúnicos y  letras de alfabetos extraños que él hacía danzar en el aire; ahora, por el contrario, se ha ido a las profundidades marinas, de las que rescató viejas boyas, y ha confeccionado Naves misteriosas, extraños pulpos y mariscos de ahiladas patas, como sus Pateiros I, II y III; también se ha paseado por la tierra y ha descubierto que una piedra de granito, pulida por la erosión y abrazada por unas barras de hierro retorcidas puede transformarse en un Escornabois, en un Escarabajo  o en un Pato; un largo muelle espiral rematado por una bola puede convertirse en una enorme hormiga, a la que él –jugando con la metáfora– denomina Hormigón armado. Mezclando  hábilmente el reciclado de chatarras de hierro con la forja, consigue piezas tan singulares como “ Lagarto, lagarto” , una criatura que muestra sinuosidades y vertebraciones de espina dorsal; o bien, con unas enhiestas  y largas varas de madera, encastradas en otras varillas de hierro enroscadas consigue una especie irrepetible de Calamar. 
Su arte se basa en la bien calculada combinación de las formas de bulto: piedras, cuencos, bolas.., con  las formas lineales, dando prioridad a estas últimas, que sirven de patas de sostén y elevan a las otras en el aire, de modo que lo pesado se aligera y busca ascender; el efecto plástico es de gran rotundidad visual y, en este sentido, una de las piezas más logradas por su gran estilización y armonía de líneas es la que titula “Arte flamenco”, émula del ave del mismo nombre, donde con los mínimos elementos de tres varas de hierro que conforman patas y cuello, un muelle de rosca por cuerpo y una azadilla por pico, consigue una alígera y ondulante criatura. La levedad y el ansia de elevación se condensa en la obra “Bandada”, donde 9 delgadas varillas sostienen otras tantas avecillas que oscilan al mínimo impulso. Reciclador y creador, B. Freire, “bebiendo del póvera –dice Valle Freire– culmina magistralmente en arte upcycling”.

Los “Bichos” de Benito Freire

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