Alex Barros en Arte Imagen

El pintor Alex Barros ( Madrid, 1989), formado en la Facultad de Bellas Artes de Madrid, ofrece en la galería Arte Imagen la muestra de pintura “Un andar miudiño”, título  que no solamente sugiere su modo de vivir y sentir el paisaje de Galicia: íntimamente, con fruición de contemplador encantado, sino que puede tomarse como metáfora de su modo de pintar; pues, tanto sus entonaciones, en las que predominan los delicados grises, como su pincelada dan noticia de una morosa delectación, de un pausado caminar por la superficie del cuadro para que el espacio sirva de vehículo al tiempo de la rememoración y del ensueño. 
Ese tiempo es el de los veranos de su infancia, de su adolescencia y ahora de su juventud que siempre ha pasado en Galicia, una tierra que- según se ve- ha empapado su alma de naturaleza y de nostalgia. Presente está sobre todo el mar. el de los apacibles muelles con sus viejas chalanas y sus barquitas de pesca, el de las  escondidas y pequeñas playas de arenas blancas, pero también el que se abre hacia los faros lejanos y los horizontes bañados por las rosáceas luces del atardecer; y luego está Cedeira, vista desde el Campo da Cruz, tan serenamente recogida contra la plateada superficie de la ensenada que nos trae a la memoria los versos del Cementerio marino de Paul Valery: ese techo tranquilo que palpita entre los pinos, esa mar siempre recomenzada. 
Y luego están los rincones de  aldea con sus casitas de piedra sumergidas en la verde vegetación; y están las viejas iglesias, como la rosaliana de Bastabales cuyos graníticos muros sirven para arropar el diálogo de dos muchachas de hoy. En la serie que titula Descubriendo la ciudad, nos devuelve rincones de A Coruña como el Palacio Municipal, Santa María del Campo o el palco de la música . No aparece mucho la figura humana, pero cuando lo hace, como en los cuadros Miguel y Marta, Paseo por la playa o En casa de los Bertines, demuestra tener una gran aptitud para reproducirla fielmente
 A. Barros pinta en tono menor, que es tanto como decir que pinta con lirismo íntimo, sin grandilocuencias, como lo haría un poeta: cantando a la luz envolvente, la luz de matices y de atmósferas evanescentes, un tanto impresionistas; pinta, por tanto, sin caer en el amaneramiento, dejando que la pincelada fluya, incluso desdibujando. Así va de camino, como dice “ por calles, senderos, playas, rocas, mares, fiestas, canciones...”; y va recordando sus cinco años, sus diez años... hasta llegar a hoy cuando, jovencísimo como es, ya puede afirmar algo que, aunque aparentemente sencillo, encierra una gran sabiduría: “ Tengo 26 y comprendo que todos los colores del cielo son también mis vivencias, mis recuerdos”. Pues cuando alguien saber ver todos los colores del cielo, indudablemente es un pintor.
 

Alex Barros en Arte Imagen

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