ELECCIONES NECESARIAS

Podemos se ha blindado ante sus bases y sus votantes con su referéndum donde ha salido lo que Pablo Iglesias quería que saliera. La clave para lograrlo es sencilla y lo saben bien los hacedores de encuestas a medida. “Déjame que yo haga la pregunta a mi modo y forma y la respuesta será la que a mi más me convenga”. Con la pregunta de marras, el resultado no podía ser de otra manera. Portazo al pacto de PSOE y Ciudadanos. Un “no” que ciega por ese lado cualquier repetición de la opción ya tumbada en el Parlamento. Y la burra vuelve al trigo. Por donde Pedro Sánchez no es que no quiera pasar es que le tiran del ramal y de algo más se le ocurre dar el paso definitivo en esa dirección.
La posición de Podemos ha sido clara desde el principio. Si Sánchez quiere ser presidente lo tiene fácil: pacta con nosotros y nosotros le garantizamos que los separatistas dejan paso franco absteniéndose o por urgencia migitoria. Eso lo tienen atado y por la parte secesionista lo confirman taimadamente y Sánchez lo ha estado engrasando con reuniones, algunas en secreto, y con regalos senatoriales. Es ahora a lo que volverán desde mañana. Pero claro, eso no es gratis. Podemos quiere su parte alícuota de poder, no ser el criado que abre la puerta y luego le dejan fuera de la casa, o sea, de la Moncloa. La cansina reiteración de Luena de que solo buscan “sillas” choca frontalmente con una realidad obcecada: ¿Y que es el sillón de Sánchez? ¿ O acaso es que no quieren los ministerios y los dos mil altos cargos para ellos solitos y, si eso, algunas cosillas para los de Ciudadanos?. Y es eso, la entrada en el poder, su reparto, por donde Sánchez no pasa ni le dejan pasar de ninguna de las maneras. Porque amen de otras cosas, supondría el fin del PSOE
Los argumentarios están ya tan sobados que no se los creen ni quienes los proclaman y han sido tantos los posados que ya no hay quien se trague un desfile más en la pasarela. Queda el de la próxima semana ante el rey, pero a lo que parece va a ser de despedida y cierre. Porque o le llevan los votos firmados o parece dudoso que don Felipe se deje embarcar o embaucar en una nueva aventura fallida o en un “ya te veré” o si “por si acaso lo hago” donde para más inri quienes juegan con la llave son quienes le descabezan en esfinge o le declaran persona non grata por Cataluña. Amen de querer desguazar España, claro.
El bloqueo de Sánchez a asumir su resultado electoral e impedir cualquier opción que pase por el partido que ganó las elecciones no podía llevar más que a unas nuevas elecciones o al gobierno del desastre, manejado por extrema izquierda y separatistas. Que resulte lo primero es lo que buena parte de la población, desea y lo que resulta la única salida sensata y que permita abrigar esperanzas de un futuro que no sea traumático en lo económico, capaz de enfrentar al secesionismo y preservar la nación española y que retorne a los parámetros de convivencia y respeto.
Las elecciones ya no es que sean convenientes. Es que son necesarias. Vayamos a las urnas y que cuando, a la vista de lo visto estos meses, votemos, tengamos al fin un gobierno que nos dé un mínimo de la tranquilidad necesaria. Que como nación y como ciudadanía necesitamos. Aunque para ello algunos tengan que dar un paso al lado y a otro le quiten ya la obsesión porque solo él y nadie más que él puede sentarse en el sillón de la Moncloa. Y no es, y lo saben, Rajoy de quien hablo en este último caso, aunque sí que lo es en el primero. 

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