Desarme o farsa

Dejemos la frivolidad, la demagogia. Seamos serios. Más frente a quiénes hasta hace bien poco, y conviene no olvidarlo, asesinaron, secuestraron y trataron de arrodillar a todo un pueblo. Aunque algunos se pusieron de perfil y otros jalearon a los violentos y a sus cachorros de leche y tiro en la nuca. Asistimos a una coreografía esperpéntica, o quizás, valleinclinianamente diríamos que carpetovetónica. Presantición pública de unos encapuchados ante tres “verificadores” aunque no se sabe muy bien qué están verificando, cómo, aunque sí quién les paga, de todo un arsenal de armas. Las que caben ampliamente espaciadas sobre una pequeña mesa. Con cara de atónitos los tres verificadores se prestan a la simulación, que es lo que ha sido. Para colmo de escarnio, los dos encapuchados, quién sabe si había más personas allí encapuchadas o no, se llevan el arsenal. La burla, la farsa, como decía Sartre, hay que mantenerla hasta el final.
Un indignado Lehendakari se presta a venir a Madrid escoltando a los humillados verificadores que han sido llamados por un juez de la Audiencia Nacional para preguntarles sobre lo acaecido presuntamente en Toulusse, el paradigma del desarme de una banda terrorista.  Qué decir de zulos, pisos, garajes, naves, sótanos, que durante años usaron lso terroristas, los asesinos, así como lso cietnos de armas y miles de kilos de explosivos de todo tipo que han almacenado. Quizás estén pensando en hacer caja, vender lo nuevo, lo seminuevo y desprenderse del olor a pasado quemado por la pólvora que impregna los gatillos de muerte y terror.
Dicen que el goiberno no presta el apoyo institucional necesario y suficiente con sus gestos al desarme. Algunos políticos nacionalistas elevan su tono aparentemente indignado y crispado. Es vergonzoso. Y sí, tiene razón el ministro cuando dice que a estas alturas no es necesario una comisión de verificacion, pues para eso se basta y saben los cuerpos de seguridad del estado, los que lucharon con las armas del estado de derecho y el respeto a los derechos.

Desarme o farsa

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