Un alto porcentaje de urbanizaciones, sin planes de autoprotección de incendios

Un alto porcentaje de urbanizaciones, sin planes de autoprotección de incendios
Unos vecinos del pueblo de Naves (Palmés) ante la superficie calcinada en el incendio forestal registrado en las afueras de Ourense, en Palmés. EFE/Archivo

Un alto porcentaje de urbanizaciones carecen de un plan de autoprotección de incendios forestales, pese a que la normativa europea y española obliga a ello, denuncia hoy en una nota el Colegio Oficial de Ingenieros Forestales.

Cada año aumentan los incendios que afectan a urbanizaciones o poblaciones que están rodeadas de vegetación forestal o en terrenos forestales -la llamada interfase urbano-forestal.

Este tipo de fuegos es muy peligroso para los vecinos, a los que hay que evacuar en muchos casos, y para los profesionales de los servicios de extinción.

"Un porcentaje altísimo de estas urbanizaciones en terrenos forestales carecen de planes de autoprotección, a pesar de que la normativa europea y española exige que dispongan de uno", señala la nota.

Cuando las llamas afectan a la interfase urbano-forestal, cambian las condiciones a las que se enfrentan los equipos de extinción. Entonces existe una nueva prioridad de emergencia: primero las personas, luego los bienes y, por último, el monte.

De esta manera, el operativo pasa a ser una defensa en lugar de un ataque al fuego y aumentan los riesgos: hay que tomar decisiones como evacuar o confinar, y el escenario de la extinción tiende a complicarse al intervenir muchas más variables.

Para poder tomar decisiones adecuadas es imprescindible que las urbanizaciones estén preparadas para la autoprotección y que prevean una evaluación de riesgos; actuaciones de prevención; medidas de vigilancia y alarma; medios materiales y humanos en caso de incendio; medidas de evacuación y planificación ante una emergencia.

Tanto a nivel europeo como nacional y autonómico en España, hay una normativa que obliga a estas zonas a disponer de un Plan de autoprotección que permita evacuar de forma segura, salvar las propiedades y luchar contra el fuego sin arriesgar la vida de los equipos de extinción.

Desde 1992 está establecido un reglamento comunitario que obliga a clasificar el territorio en función del riesgo de fuego y a proporcionar planes de protección frente a incendios en zonas de riesgo medio/alto.

En el año 2010 se incorporaron medidas de prevención de incendios, prestando especial interés a las zonas forestales junto a áreas urbanas, procurando una construcción segura para mejorar la resistencia al fuego.

En cuanto a la legislación nacional, desde 1968, el Reglamento de incendios cita medidas de seguridad para las viviendas, industrias y edificaciones emplazadas en zonas forestales, con medidas como una faja de seguridad de 15 metros libre de vegetación y la limpieza de residuos vegetales.

La Ley de Montes también regula la prevención de incendios y las medidas de seguridad en la interfase urbano-forestal, y el Código Técnico de la Edificación fija la seguridad en caso de fuego (una franja de 25 metros separando la zona forestal de la urbana, y la zona urbanizada debe de disponer de dos vías de acceso alternativas).

Un alto porcentaje de urbanizaciones, sin planes de autoprotección de incendios

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