Un vigués, en huelga de hambre para pedir la custodia compartida de su hijo

Un vigués, en huelga de hambre para pedir la custodia compartida de su hijo

Un vigués de 40 años, Eduardo Cereijo, lleva una semana en huelga de hambre para reclamar la custodia compartida de su hijo, al que no ve desde el 8 de enero porque se niega a acudir al punto de encuentro familiar porque le resulta "humillante".

Cereijo explica a EFE que en principio solicitó acudir al punto de encuentro como medida provisional, pero desde entonces han pasado siete años de procesos judiciales y cruces de denuncias con su expareja, tiempo que estima suficiente para que le concedieran la custodia compartida, cosa que no ha sucedido.

"Solo tener que ir al punto familiar es humillante, es como salir de la cárcel y tener que ir a firmar cada quince días. Yo no he hecho nada", proclama este vigués que desde el pasado 15 de marzo solo ingiere líquidos, pese a lo cual intenta llevar "una vida normal".

A pesar de que le sale algún encargo esporádicamente -ayer fue a pintar a casa de un amigo-, dice que en su situación resulta "imposible" trabajar porque a veces tiene que ir al juzgado "dos o tres veces por semana".

Cereijo señala que en el último mes ha habido "una serie de cosas" que prefiere no revelar por el momento y que "colmaron el vaso" de su paciencia, de ahí que haya dado el paso de iniciar una huelga de hambre con la idea de "llegar hasta el final".

Se pregunta "por qué unos padres disfrutan más de un hijo que los otros, sean hombres o mujeres", cuando se separan y cree que no es suficiente con "llevarlo a pasear", sino que también tiene derecho a "llevarlo al colegio, conocer a sus amigos y acostarlo y levantarlo de la cama algunas noches".

Otra de sus quejas es que la familia materna del niño no le "informa nunca de nada", lo mismo da si "ingresa en el hospital" o si tiene "un altercado en el colegio", y se tiene que enterar "de rebote".

Un vigués, en huelga de hambre para pedir la custodia compartida de su hijo

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