El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y Save the Children alertaron ayer de los riesgos que afrontan los menores no acompañados en el proceso de evacuación del campo de refugiados y migrantes conocido como la “Jungla” de Calais, al tiempo que reclamaron a las autoridades que adopten las medidas necesarias para proteger a los miembros de este colectivo y que puedan caer en manos de las redes de traficantes de personas.
La organización no gubernamental Save the Children exigió que se detenga “inmediatamente” el proceso de evacuación en la “jungla” hasta que se encuentre un “lugar seguro” en el que puedan permanecer los menores que viven allí. “Save the Children pide que la evacuación de la Jungla en Calais se detenga de manera inmediata hasta que se contabilice y registre a todos los niños y se encuentre un lugar seguro donde puedan quedarse”, aseguró la ONG.
Por su parte, Acnur pidió que se adopten medidas especiales para proteger a los menores no acompañados que viven en el campo para impedir que acaben con traficantes de personas.
Acnur subrayó que el asentamiento de Calais “no es un entorno adecuado para vivir” y recordó que viene recomendando “desde hace mucho tiempo su cierre y su reemplazo por un alojamiento adecuado para refugiados e inmigrantes”.
En este sentido, la agencia de Naciones Unidas dijo que las autoridades francesas iniciaron el lunes el traslado voluntario de 1.900 personas desde la “Jungla” a otros emplazamientos, un proceso que se completó sin “incidentes graves”.
“Acnur estuvo presente en la operación ofreciendo información sobre derechos jurídicos y ayudando en la identificación de personas con necesidades especiales, incluyendo varios centenares de menores no acompañados”, señaló.
Personal de Save the Children desplegado en Calais aseguró que la operación de evacuación del campo dejó en el limbo a los menores. “Anoche, cientos de niños se quedaron sin saber dónde iban dormir y ahora sienten una gran incertidumbre sobre el proceso de registro que deberán seguir cuando los desplacen del campo”, alertó la ONG, antes de recordar que cerca de 1.300 niños vivieron en condiciones “muy precarias” en el campo.
En este sentido, advirtieron de que “se podría llegar a perder el rastro de muchos de estos menores si la demolición del campo se realiza antes de que se pueda identificar a todos y llevarles a un sitio seguro”. n