9º-15º
miércoles | 24 abril | 2024
Un vecino de Parets del Vallès (Barcelona) tendrá que abandonar el próximo día 30 el piso de su exclusiva propiedad y en el que vive porque una jueza a la que pidió la custodia compartida de su hija le concedió a su expareja el uso de la vivienda, pese a que ella tiene otro piso en copropiedad.
En un auto, la titular del juzgado de primera instancia denegó la custodia compartida al padre aunque le concede un régimen de visitas a la hija común de la pareja, de dos años, que consiste en fines de semana alternos y martes y miércoles con pernocta. Además, el progenitor tendrá que pasar una pensión de cien euros mensuales.
En el mismo auto, sin embargo, la jueza dictamina que será la madre, la que tendrá que vivir con la hija en el piso propiedad exclusiva de él.
Ella abandonó el domicilio
La abogada del padre explica que la jueza aplicó la ley “estrictamente sin tener en cuenta el contexto social de la pareja ni que ella abandonó el domicilio familiar llevándose a la niña y es propietaria de otra vivienda que compró con su anterior marido”.
El padre tiene un sueldo de 1.052 euros y tiene que pagar la hipoteca –281 euros mensuales–, el préstamo de compra de coche –350 euros– y hacerse cargo de otros gastos que le dejan menos de 500 euros para vivir. El padre acudió al juzgado para denunciar que su excompañera se llevó a la niña y no le dejaba verla, por lo que solicitó un régimen de custodia compartida mientras se tramitara la demanda definitiva de divorcio.
“Es una incongruencia que la jueza le conceda de facto una guarda compartida si echa de su vivienda al padre, que no tiene adónde acudir ni recursos suficientes para costearse otro piso. Ella tiene patrimonio propio, como la mitad de una vivienda y la mitad de un aparcamiento”.
La jueza concedió la custodia a la madre, que tiene unos ingresos mensuales similares a su excompañero, aduciendo que el trabajo del padre es nocturno y ello haría que por las noches la niña tuviera que estar acompañada por otra persona.
