La OIT advierte de que cien menores sufrieron en España un accidente laboral leve en 2013

En España, una cuarta parte de los 350 accidentes leves sufridos por trabajadores menores de edad en 2013 fueron por sobreesfuerzos, lo que el director de la Oficina de la OIT para España, Joaquín Nieto interpreta como “indicador de una presencia en actividades peligrosas de las que deberían estar excluidos”. Según los datos recogidos en el informe “Allanar el camino hacia el trabajo decente para los jóvenes” de la Organización Internacional del Trabajo.
En concreto, explicó que 60 de esos accidentes fueron en el ámbito agrícola y 40 en el sector de la construcción.
Por tanto, el responsable de la OIT insistió en la necesidad de que se controle la situación laboral de los menores, tanto desde la Inspección de Trabajo, como por las comisiones paritarias de las convenios y de los comités de seguridad y salud en los centros de trabajo.
Además, pide al INE y a los organismos encargados de realizar estadísticas que consideren en sus estudios esa franja de edad –de 16 a 17 años–.
La OIT alerta de que la participación prematura en el trabajo infantil está asociada con un nivel de instrucción inferior, en su vida laboral, con empleos que no cumplen con los criterios mínimos de trabajo decente y recuerda a los gobiernos la importancia de prestar una especial atención al sistema educativo.

Más de 40.000
En España hay 848.600 jóvenes de 16 y 17 años, de los cuales 42.900 son población activa, es decir, en disposición de trabajar, pero solo están ocupados 8.700, destacó la OIT, con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
Nieto, destacó la importancia de establecer un sistema de vigilancia de la situación de los adolescentes trabajadores en nuestro país, para garantizar que los mayores de 16 años -edad a partir de la que se puede trabajar- no realicen trabajos nocturnos, insalubres, penosos, nocivos o peligrosos, tal y como establece el Estatuto de los Trabajadores.
Denuncian desde la institución internacional que el 11% de los niños menores de 15 años en el mundo son obligados a trabajar –168 millones–, de los que la mitad –85 millones– lo hacen en trabajos clasificados como peligrosos.