Una comitiva formada por Manuel Rivas, Xurxo Souto, Caruncho y Paola Beiro, vinculada a la apoteosis musical de Sofía Tarela (Garotas de Ribeira) y Vituco Neira, rostro de Ruxe-ruxe, se alinearon ayer para rendir un singular homenaje a Daniel Alexandre, mucho más conocido como el Pinto d’Herbón.
Exultantes gaiteiros desde el domicilio de Pinto en dirección a la casa museo de Rosalía de Castro, dramatizaciones y sonidos varios a pie de huerta fueron los ingredientes elegidos para honrar a un hombre que, como el niño Balbino de la obra de Xosé Neira Vilas “Memorias dun neno labrego”, se dice “de aldea”, un “agro-boy”.
Solo alguien que desde niño jugaba a inventar letras y a hacer rimas con ellas podía llegar, de mayor, a convertirse en un referente de la música bravú.