Más de 2.300 inmigrantes abandonan la “Jungla” de Calais

Más de 2.300 inmigrantes abandonan la “Jungla” de Calais
Migrants with their belongings queue near buses at the start of their evacuation and transfer to reception centers in France, and the dismantlement of the camp called the "Jungle" in Calais, France, October 24, 2016. REUTERS/Pascal Rossignol

La “Jungla” de Calais comienza a desaparecer. Las autoridades francesas iniciaron desde primera hora de la mañana de ayer la evacuación de más de 6.500 refugiados que llevan más de un año hacinándose en esta pequeña localidad de la costa francesa, a 35 kilómetros del Reino Unido; destino final de esperanza de los miles de personas que conviven en condiciones infrahumanas. Los afectados serán distribuidos por más de 400 centros repartidos por toda Francia.
Durante el día de ayer las autoridades francesas lograron evacuado a más de 2.300 personas del campamento de inmigrantes de Calais, conocido popularmente como “La Jungla”, según un balance del Ministerio del Interior francés.
El ministro, Bernard Cazeneuve, confirmó que algo más de 1.900 adultos y 400 menores no acompañados fueron trasladados al centro provisional de acogida, en el que se examinarán sus casos antes de la redistribución por centros de toda Francia, informó “Le Figaro”. Las autoridades estiman que había más de 6.500 personas en “La Jungla”.
El Gobierno calcula que este desalojo se prolongará durante una semana, si bien en esta primera jornada se ha querido destacar que el proceso está transcurriendo en “calma”. “Quiero trasladar un mensaje de gratitud y aliento a todos los equipos que han preparado minuciosamente esta operación”, dijo Cazeneuve.
El presidente francés, François Hollande, se desplazó ayer por la tarde hasta el Ministerio del Interior para informarse de primera mano. En la reunión, que se prolongó durante 40 minutos, estuvieron presentes responsables de la Gendarmería y la Policía, así como la prefecta de Paso de Calais, Fabienne Buccio.  
Por su parte, la ministra del Interior del Reino Unido, Amber Rudd, afirmó que este desalojo contribuirá a un acercamiento entre los dos países para sellar y mantener acuerdos fronterizos.
“Retirar el campamento no es solo una obligación legal y moral. También es de interés nacional”, esgrimió Rudd. En este sentido, reconoció que la presión migratoria que se estaba sufriendo en Francia llevó a cuestionar el acuerdo de Le Touquet, en base al cual el Reino Unido puede comprobar pasaportes en suelo galo y viceversa. Calais se había convertido en un gueto sin ley, donde las bandas criminales y las condiciones en las que malvivían los refugiados obligaban a tomar medidas de regulación y de actuación ante la crisis humanitaria y de seguridad que supone cuatro kilómetros de chabolas y tiendas de campaña. 
La operación de “limpieza” durará aproximadamente una semana, según las autoridades y más de 1.500 agentes velarán para que se realice con seguridad y garantías. Los migrantes hacinados en el mayor campamento situado en el corazón de Europa se repartirán en los 450 centros de acogida a lo largo y ancho del país galo. Los primeros autobuses ya salieron ayer, el primero de ellos rumbo a la región de Borgoña en el centro de Francia. Los miles de residentes pasaron por un hangar de más de 3.000 metros cuadrados en el que se les consultó sobre en qué región quieren ser reubicados. 
El reparto de los migrantes en los centros de acogida del país provocó en la noche de ayer disturbios por la tensión que supone no saber qué va a ser de ellos. 
Durante la noche del domingo, un grupo lanzó piedras a la policía que respondió con gas lacrimógeno. La tensión es evidente y el polvorín que supone el hacinamiento de miles de personas obligó a intervenir al Gobierno galo, que lleva más de un año viendo cómo llegan miles de refugiados a Calais a la espera una ocasión que les permita cruzar los escasos kilómetros que les separan de su sueño, llegar al territorio del Reino Unido. 

RAZONES HUMANITARIAS 
Cabe recordar que se estima que un tercio de los allí ubicados tienen razones y motivos humanitarios para ser aceptados por el Reino Unido, bien porque ya tengan allí familiares o por el derecho de asilo. De hecho, y según medios británicos, un grupo de menores no acompañados ya ha llegado al país; 70 menores de la zona de Eritrea, de los que 54 son niñas y que no tienen vínculos familiares en la isla. 
La justicia gala rechazó las impugnaciones presentadas por una decena de Organizaciones no gubernamentales que temen que se vulneren los derechos fundamentales de los miles de desesperados allí hacinados y sobre todo que los menores se encuentren en una situación de gran vulnerabilidad. n

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