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jueves | 16 mayo | 2024
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, habló ayer con eurodiputados del Parlamento Europeo (PE) sobre la tragedia del pasado 24 junio en Melilla –en la que murieron al menos 23 personas– y defendió una política migratoria que ofrezca “una respuesta europea” a un reto común, basada en la cooperación con los países de origen y tránsito y sin enfoques paternalistas ni eurocentristas.
Grande-Marlaska intervino en remoto en la Comisión de Libertades Civiles del PE, que pidió formalmente su comparecencia para explicar con detalle lo ocurrido en la valla de Melilla. El ministro subrayó que “nunca” tenía que haber ocurrido esa catástrofe y defendió la actuación “proporcionada” de las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles ante “una actitud hostil y violenta” del grupo formado por unas 1.700 personas que trató de acceder al territorio español a través de la valla haciendo uso de “radiales, palos y mazas”. Explicó que “de los 23 fallecidos ninguno fue en España” y recordó que incluso la BBC tuvo que rectificar después de informar erróneamente de la pérdida de vidas en suelo español.
Aseguró además que en las devoluciones en frontera se respetó la legislación nacional y europea, como quedó constancia en la investigación de la Fiscalía General del Estado y enfatizó que entre ellos “no había personas vulnerables”.
Marlaska subrayó además la “sensibilidad, transparencia y cooperación” del Gobierno español ante los hechos, cuestionada por algunos parlamentarios ayer tanto de la derecha como de la izquierda, que le echaron en cara haber tardado nueve meses en hablar en la Eurocámara sobre lo ocurrido.
Se defendió recordando que en España compareció en dos ocasiones ante el Pleno del Congreso y recordó que desde el primer momento se comprometió a hablar en el PE, pero solo cuando concluyese la investigación de la Fiscalía española. “No he visto a ningún ministro del Interior hablar de la tragedia de Tarajal (febrero de 2014) en el Congreso en España, ni en el PE. Quizá manejamos otros parámetros de responsabilidad y de respeto a las instituciones”, subrayó el ministro en respuesta al diputado popular Javier Zarzalejos.
El ministro habló, por otra parte, de la visión española de la política migratoria y confió en poder avanzar al máximo durante los seis meses en que España presidirá el Consejo de la UE, a partir del 1 de julio, para la rápida adopción del Pacto europeo de Migración y Asilo.
“El fenómeno migratorio no es un problema, es un desafío”, respondió el ministro a la eurodiputada de la Agrupación Nacional, Patricia Chagnon, que alabó que “el Gobierno socialista español” se diese cuenta de que “las fronteras protegen” y que si no son sólidas “hay que reforzarlas”.
Marlaska enfatizó que durante la presidencia se dará prioridad a trabajar con los países de origen y tránsito de los migrantes. Explicó que los mandatarios africanos también rechazan la migración irregular porque “ven como lo mejor de su juventud pone su integridad y su vida en riesgo” y que sufren por el tráfico de las mafias.
El ministro calificó de “paternalista y eurocentrista” el enfoque con el que algunos eurodiputados abordan la cuestión migratoria, en referencia a intervenciones como las del líder de Podemos en el PE, Miguel Urbán, de la de IU, Sira Rego, y de la de la nacionalista gallega, Ana Miranda.
Marlaska pidió a los eurodiputados de la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo que se impliquen más en la política migratoria y que no utilicen las tragedias en el Mediterráneo o el Atlántico con “cálculos partidistas o sectarios”.
“Les pido mayor implicación en la política migratoria, tomen conciencia de que se trata de un reto de todos, de Europa en su conjunto, no solo de los países del Sur. Les pido que no utilicen tragedias como las de Crotone (Italia) o las que desgraciadamente acontecen en el Mediterráneo o en la Fachada Atlántica con cálculos partidistas o sectarios”, dijo el ministro.
