Los españoles rescatados en Malasia viajarán a España el martes

Marta Miguel y David Hernández, los españoles rescatados le pasado jueves, 12, tras diez días a la deriva tras perderse en aguas de Malasia, cogerán un vuelo hacia España el próximo martes, 17, según relató el padre de la joven, Luis Miguel.
Luis Miguel supo por su otra hija, Laura, que se encuentra en la zona, que tanto Marta como David (de 30 y 29 años) se encuentran bien y, aunque débiles y faltos de vitaminas, “físicamente no están nada mal a pesar de todo lo que han sufrido durante estos días”.
Según indicó, lo que les sucedió es que una ola muy fuerte hizo volcar la embarcación en la que viajaban los dos españoles y sus dos compañeros de excursión, y después no pudieron volver a arrancar el motor y quedaron a la deriva.
Además, precisó que no es verdad que tuvieran una botella de agua, porque perdieron todo al volcar lancha, sino que se mantuvieron bebiendo agua de mar que filtraban en una bolsa.
Los dos jóvenes viajarán a España a ver a sus familias pero el padre de la joven no descarta que quieran volver a Malasia, “que digan que tienen que hacerse realidad sus sueños”. “Pero no me gustaría, ha sido muy traumático para todos, y para ellos también”, admitió.
Por su parte David Hernández, que durante su odisea vieron “muchos barcos” y no entendían cómo no los podían ver. 
“El segundo día nos vio un avión, luego vino la Marina que estuvo muy cerca nuestra pero no nos llegó a localizar pero nosotros seguíamos con la confianza de ‘bueno mañana vendrán’”, explicó.
Hernández y su mujer, Marta Miguel, confirmaron que se encuentran “con fuerzas y con ganas” y narraron cómo fueron para ellos los diez días que han pasado a la deriva después de volcarse el barco en el que viajaban a Borneo, una isla del Archipiélago malayo.
“Estábamos como a cinco minutos en barco de llegar a la costa”, dijo, explicando que esa zona “es una confluencia de dos mares” y a esa hora había un fuerte oleaje, “con tan mala suerte que vino una ola grande, se giró (el barco)” y cayeron todos al agua.
“Le dimos la vuelta al barco, sacamos toda el agua, fueron casi dos horas y se nos hizo de noche ya exhaustos”, ha explicado, añadiendo que “ahí fue cuando empezó toda la odisea”.
Desde que el pasado 2 de mayo que se les perdiera la pista, David contó que no hubo “ningún momento” en el que les entrara el pánico y que “siempre había esa esperanza, ese ánimo, esa supervivencia”. 
Además, explicó que su mujer, Marta Miguel, él y los otros dos acompañantes de origen malasio se estuvieron alimentando a base de peces y de los moluscos que se quedaban pegados en el barco.
El mar es implacable pero fue generoso con nosotros y nos metió la tercera noche en el barco tres pececitos voladores a los que al menos les pudimos dar un bocado”, dijo. 
“Hasta el sexto o séptimo día no pudimos comer nada más”, recordó.