Carrasco no murió con el primer disparo, así que Montserrat la remató en el suelo

Carrasco no murió con el primer disparo, así que Montserrat la remató en el suelo

Los peritos forenses que realizaron la autopsia a Isabel Carrasco coinciden en que el primer disparo que Montserrat González realizó contra Isabel Carrasco impactó en el corazón y resultó “mortal de necesidad”, aunque no causó la muerte inmediata. 
Posteriormente, la autora confesa del crimen remató a la víctima en el suelo con otros dos disparos, el segundo en la parte baja de la cavidad bucal y el tercero en la parte posterior de la cabeza. En cuanto al primer disparo que efectuó Montserrat a Isabel Carrasco, los forenses, durante una nueva jornada del juicio con jurado en la Audiencia de León, explicaron que impactó en la región baja de la espalda y atravesó la vértebra D11 para después acabar en la pared del ventrículo derecho del corazón.
Este primer tiro fue “mortal de necesidad” y provocó un “sangrado importantísimo” que inundó la cavidad torácica con más de dos litros de sangre. Además, lesionó la médula espinal, pero no causó la muerte inmediata de la víctima, que permaneció consciente. Este disparo provocó que Carrasco se llevara la mano izquierda hacia atrás tapándose la herida de la espalda y que girara la cabeza. 
La víctima cayó sobre la pasarela, pero no a plomo, porque no se encontraron heridas de caída en su cuerpo, sino que previsiblemente realizó una acción para evitar la caída como agarrarse a la barandilla, que estaba muy cerca. Los forenses precisaron que el cuerpo de Isabel Carrasco no presentaba “lesiones de lucha o defensa de ningún tipo” porque esta acción la pilló “completamente por sorpresa”.
“El primer disparo es totalmente incapacitante porque la víctima no tiene capacidad de defensa, se queda completamente indefensa porque la pérdida masiva de sangre causa una debilidad extrema”, precisó uno de los forenses. Cuando la víctima se encontraba en el suelo, Montserrat le propinó otros dos tiros. El segundo proyectil impactó en la cavidad bucal de Isabel Carrasco y atravesó el cuello, aunque únicamente afectó tejido muscular, por lo que provocó una lesión “menos grave”. Tampoco ocasionó la pérdida de consciencia de la víctima. 
El tercer y último de los disparos que propinó Montserrat impactó en la región occipital de la cabeza de Carrasco y causó “extraordinarios daños” a la víctima y “terribles efectos”.

Carrasco no murió con el primer disparo, así que Montserrat la remató en el suelo

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