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sábado | 20 abril | 2024
El hospital Carlos III de Madrid está otra vez en guardia ante la llegada inminente de la médico cooperante navarra que podría haberse contagiado de ébola en Mali al pincharse accidentalmente cuando atendía a un enfermo.
No obstante, la normalidad es la tónica general en los accesos al hospital, al que desde primera hora de la mañana se están incorporando a sus puestos los trabajadores sanitarios y administrativos del centro, mientras varios camiones descargan su mercancía en la cafetería o en el servicio de lavandería.
Los trabajadores están acudiendo con normalidad a su trabajo, y también lo hacen los pacientes que tenían concertadas sus citas en el centro sanitario.
Sólo se aprecia expectación por la llegada de la cooperante entre el numeroso grupo de medios de comunicación que se agolpan en una de las puertas de entrada del hospital, en la que no se aprecia ningún dispositivo policial, como sí ocurrió con el traslado de los religiosos Miguel Pajares y Manuel García Viejo.
Los periodistas de distintas televisiones están realizando directos informando de la inminente llegada de la médico e incluso un medio de comunicación japonés se ha interesado por la noticia y se ha acercado para recoger información sobre el traslado de la cooperante de Médicos sin Fronteras, que está siendo trasladada desde Mali ante la sospecha de que pudiera haberse contagiado.
Los pacientes tampoco preguntan a los medios de comunicación qué están haciendo guardia a las puertas del hospital por el motivo de su presencia y no se aprecia ninguna preocupación ante el traslado de la cooperante, como sí ocurrió con los ingresos de la auxiliar de enfermería Teresa Romero y los religiosos.
Desde Médicos sin Fronteras se insiste, en declaraciones a Efe, en que la sanitaria en estos momentos "no está enferma y por tanto no va a contagiar a nadie", por lo que se trata de un traslado preventivo.
La cooperante se pinchó con una aguja hipodérmica mientas atendía a un enfermo de ébola en un hospital de Bamako, en Mali.
