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viernes | 19 abril | 2024
La canciller de Alemania, Angela Merkel, asumió hoy consternada la voz de todo su país al mostrar su "inmenso dolor" por la muerte de decenas de compatriotas en el avión de la compañía alemana Germanwings siniestrado en los Alpes franceses.
Técnicos del grupo Lufthansa, en el que se integra la filial de bajo coste Germanwings, se desplazaron a la zona del siniestro, adonde también viajaron expertos del Gobierno federal y los ministros alemanes de Exteriores y de Transportes, Frank-Walter Steinmeier y Alexander Dobrindt, y mañana llegará Merkel.
En rueda de prensa en Colonia, el presidente de Germanwings, Thomas Winkelmann, avanzó que en el avión, que se estrelló con 144 pasajeros y 6 tripulantes a bordo, volaban 67 alemanes, aunque precisó que esa cifra podía variar, y añadió que había entre ellos dos bebés.
Según explicó, el vuelo 4U9525, que salió de Barcelona a las 09.01 horas GMT, sufrió una caída de ocho minutos a las 9.45 y perdió el contacto con la torre de control francesa a las 09.53 horas, cuando se encontraba a una altura de 6.000 pies.
El capitán tenía una experiencia de diez años en Germanwings y en la matriz Lufthansa -con 6.000 horas de vuelo en este tipo de aviones- y el aparato siniestrado, en manos de Lufthansa desde 1991 y en Germanwings desde 2014, había sido sometido ayer lunes a una revisión rutinaria en Düsseldorf y su última "gran revisión" tuvo lugar en el verano de 2013.
En una comparecencia institucional en la Cancillería, Merkel rechazó especular sobre las causas del accidente y prometió una "investigación a fondo" de una tragedia que, dijo, ha llenado de un "inmenso dolor" a los alemanes, los franceses y los españoles.
"Nuestros pensamientos están ahora con todas las personas que están sufriendo ese inmenso pesar", dijo la canciller, quien informó de que había hablado por teléfono con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y con el jefe del Estado francés, François Hollande.
Los tres acordaron trabajar juntos y ayudarse "de todas las formas posibles" para investigar lo sucedido, apoyar a las fuerzas desplazadas al lugar del accidente y asistir a las víctimas.
El presidente alemán, Joachim Gauck, de visita oficial en Perú, canceló su viaje a Uruguay y anunció su regreso a Alemania "consternado" por la catástrofe.
Entre las víctimas había 16 alumnos alemanes de entre 15 y 16 años y dos profesoras de un instituto de la localidad de Haltern, que regresaban a casa tras realizar un intercambio escolar en un instituto de la localidad barcelonesa de Llinars del Vallès.
"Es el día más negro de la historia de Haltern (...) es lo más horrible que alguien se pueda imaginar", manifestó sin poder contener apenas las lágrimas el alcalde de la ciudad, Bodo Klimpel.
El cónsul español en Düsseldorf, Francisco Aguilera, se desplazó al aeropuerto de la ciudad junto a tres colaboradores para poder atender a los ciudadanos españoles que se acercaron para tratar de obtener información sobre los pasajeros del vuelo siniestrado.
Llegaban, explicó a Efe, "bajo el impacto de la noticia" y en un "ambiente sombrío y triste".
La mayoría de los que se habían puesto en contacto con el consulado en las primeras horas tras el accidente fueron españoles que se encontraban en Düsseldorf por negocios y esperaban la llegada de compañeros de trabajo, aunque entre las víctimas podría haber también españoles residentes en Alemania.
El aeropuerto, apoyado por las autoridades de Renania del Norte-Westfalia, cerró la sala VIP para acoger a los familiares y amigos de las víctimas y organizó asistencia psicológica en alemán, español y otros idiomas, para afrontar la tragedia.
A los familiares se les ha ofrecido pasar la noche en hoteles cercanos, a la espera de recibir más noticias en las próximas horas.
"Intentamos hacer que la situación sea lo más soportable posible", manifestó a los medios el portavoz del aeropuerto, Thomas Kötter.
