Unas 200 personas exigen en Santiago una “acogida digna” para los refugiados

Unas 200 personas recorrieron las calles del centro de Santiago bajo el lema “Rachemos coas Fronteiras, Non ás Guerras”, conflictos que, en su opinión, “tienen mucho que ver” con la política exterior de los países ricos y, concretamente, de la UE.
Esta concentración se convirtió el primer acto público de la Rede Galega en Apoio ás Persoas Refuxiadas, explicó a los medios antes de emprender la marcha el portavoz del Foro Galego da Inmigración, Miguel Fernández.
Los asistentes, que partieron pasadas las 13,00 horas de la Praza Roxa de Santiago, clamaron contra las fronteras europeas, que, a juicio de Miguel Fernández, “se están haciendo enormemente duras para las personas que vienen de la guerra” de Siria. “El derecho al refugio es un derecho universal, es un derecho humano: no es concebible que no se respete”, añadió el portavoz de la Rede Galega.
En este sentido, Fernández considera que la UE tienen que “articular medios” para “ser capaz de atender” a todas estas personas, que “no son tantas”. “Estamos hablando de dos, tres, cuatro, cinco millones de personas en un contexto europeo de casi 30 países con 500-600 millones de habitantes”, señaló el portavoz del Foro Galego de Inmigración, para luego defender que  Bruselas tiene “capacidad” para “acoger de forma digna” a los refugiados que llegan a Europa.
Cuando habla de “acoger de forma digna”, Fernández se refiere a viviendas: “Tenemos que articular un sistema para que las personas puedan venir en avión de forma normalizada: los campos de refugiados deben eliminarse, no es que sean mejores o peores, no puede haber campos de refugiados en Europa”.
En la marcha se pudieron escuchar multitud de consignas, como “Turquía sicaria da Unión Monetaria”, “Lei de Estranxería para a raíña Sofía”, “As deportacións para Felipe de Borbón” y “Lei de estranxería fascista e criminal”, entre muchas otras.
Con ellas, los manifestantes solicitaron un “trato digno” para los refugiados. De hecho, Miguel Fernández hizo hincapié en que la sociedad europea debe ser capaz de dar a los refugiados “un trato digno como seres humanos”: “No se trata de ser buenos y bondadosos con personas pobres, sino de articular políticas para atender a estas personas”.
Sobre el papel que juega la ciudadanía a este respecto, explicó que, desde el Foro Galego de Inmigración y desde la Rede Galega en Apoio ás Persoas Refuxiadas, detectaron que “hay una ciudadanía” que “se da cuenta” de que todo lo que ha relatado “no puede ser, es intolerable”.