La violencia vuelve a Ferguson al quedar libre el policía que mató a un joven negro

La violencia vuelve a Ferguson al quedar libre el policía que mató a un joven negro
Los bomberos trabajan en la extinción del fuego en un edificio de Ferguson incendiado durante las protestas Larry W. Smith

Más de 80 personas fueron detenidas ayer en la ciudad estadounidense de San Luis , la mayoría de ellas en el suburbio de Ferguson, en los disturbios ocurridos tras la decisión de un jurado de no procesar al policía blanco Darren Wilson, que en agosto mató a tiros al joven negro Michael Brown.
Solamente en Ferguson hubo 61 detenciones, la mayoría por robos, saqueos y allanamientos, según la información facilitada ayer por un portavoz de la policía local, Brian Schellman.
Mientras tanto, en San Luis hubo otras 21 detenciones, según informó el alcalde de la ciudad, Francis Slay.
En una improvisada rueda de prensa, el jefe local de Policía, Jon Belmar, dijo que los disturbios fueron aún más graves que los ocurridos en agosto pasado tras la muerte de Brown.
No hubo heridos ni fallecidos, pero varios negocios fueron saqueados y otros incendiados, al igual que dos vehículos policiales. La policía local usó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y aseguró haber contabilizado más de una decena de disparos en la zona de las protestas.
La indignación en Ferguson se desató tras conocerse que Darren Wilson, el policía blanco que mató a Brown, seguirá libre y sin cargos al concluir un gran jurado que no hay pruebas suficientes para acusarle de la muerte de Brown.
Tras escuchar la versión de 60 testigos y del propio Wilson, el gran jurado decidió que no existe “causa probable” para imputar al agente, que el pasado 9 de agosto disparó en repetidas ocasiones al joven de 18 años, que estaba desarmado, en circunstancias por esclarecer.
Los cargos a los que se podría haber enfrentado Wilson abarcaban desde un máximo de 4 años de cárcel por homicidio involuntario a cadena perpetua o pena de muerte por asesinato en primer grado.
Los familiares de Brown, a pesar de estar “profundamente decepcionados” por el fallo judicial, dijeron en un comunicado que “responder a la violencia con violencia no es la respuesta”.
En la misma línea, en una breve declaración desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama recordó el deseo de la familia, llamó a la calma y pidió “contención” a manifestantes y agentes.
Mientras, el abogado de la familia de Michael Brown, Benjamin Crump, denunció como “completamente injusto” el proceso judicial que acabó con el no procesamiento de Wilson.
“Objetamos públicamente este proceso, fue completamente injusto”, aseguró Crump en rueda de prensa en la ciudad de San Luis, acompañado por los padres de Brown.
Crump criticó la actuación del fiscal del condado de San Luis, Robert McCulloch, por su poco interés en llevar adelante la acusación contra Wilson y por no haber presentado “los mejores argumentos”.
“Nos opusimos a este fiscal ya en agosto, y ya entonces pedimos un fiscal especial”, señaló.
Cuando se anunció el jurado investigador en este caso, en agosto, algunos sectores pusieron en duda la idoneidad de McCulloch para encargarse de la acusación, porque su padre era policía y los mató un ciudadano negro cuando él tenía 12 años, y por su actuación en el año 2000 en un caso similar al de Ferguson. “Un estudiante de derecho hubiera hecho mejores preguntas” que McCulloch, dijo el abogado de la familia.
Una vez más, el letrado volvió a condenar cualquier tipo de violencia y reiteró su llamamiento a las protestas pacíficas.

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